Buenos días mi querida comunidad, hoy quiero contaros una historia de Amor que ha llegado a mi redacción, una historia en mi opinión tan apasionante que no he podido resistirme a compartirla con todos vosotros.
Hace ahora 22 años un chico conoció a una chica, él era un vigilante de la feria de muestras de Madrid y ella estaba en un stand como expositora en la feria, esta vez de antigüedades.
Uno de esos días que Antonio pasaba su rutina en el recinto se fijó en esa chica, Andrea una mujer escultural de mirada fija como mirando al infinito, Antonio se quedó impresionado por su escultural belleza, Andrea una mujer de pelo castaño claro, impresionante casi divina inalcanzable.
Antonio la observaba tímidamente, estudiando cada de talle, como si el tiempo quedara congelado y solo ella existía en ese mismo instante.
Andrea, dentro de su timidez aparente se había fijado en el casi al mismo tiempo, casi sin saberlo ambos en ese momento marcarían esta historia de amor. Ante la vergüenza de Antonio para decirle algo y entablar una conversación ella coqueteaba sutilmente con otro expositor con la esperanza de que Antonio quizás de esta manera reaccionara y se decidiera a hablar con ella.
Casi al final de la clausura de la feria Antonio tomo la decisión de entablar una conversación y aprovecho la ocasión en un momento de que Andrea estaba sola en el stand como casi siempre con esa mirada al infinito y apoyada, de pie en una esquina del propio stand.
Antonio se aproximó sutilmente y con esta frase casi celebre citando a los clásicos la dijo “Ahora se puede decir que te han dejado al pie del cañón”.
Había que romper el hielo de una forma inteligente y diferente con algo de estilo pero con esa sutileza que en ocasiones marca la diferencia.
Hablaron durante un buen rato, bromeaban y sonreían, se establecía el filling al mismo tiempo que interactuaban.
Antonio no fue capaz de pedirle su teléfono, no quería nada convencional, buscaba sorprenderla.
Se armó de valor y hablando con el expositor (un chico de Santander) se las ingenió para sacarle el teléfono.
Antonio busco por sus apellidos en la guía telefónica de entonces, y localizo su casa en la calle legazpi. Un día decidió salir en su busca, cogió el coche y se recorrió la calle mirando en todos los portales hasta que localizó sus apellidos en el portal.
Antonio se marchó y urdió un plan para sorprender a Andrea, convenció a su sobrino Miguel para que hiciese de mensajero y le llevara a su casa dos rosas rojas en señal de su amor.
Andrea no se lo esperaba, fue una sorpresa, tal que la impresionó y la conquistó. La historia empezaba verdaderamente aquí.
Andrea una chica en aquel entonces era estudiante de ciencias económicas y empresariales, una mujer disciplinada, inteligente, orgullosa y además bonita. Durante los tres años que duró la relación, pasaron verdaderas aventuras. Andrea una mujer explosiva sexualmente hablando no había día que no hiciesen el amor varias veces, casi armónico, casi brutal, al principio era todo genial casi el sueño de cualquier hombre, pero no todo sería un camino de Rosas. Al tiempo el amor que Andrea sentía por Antonio se fue convirtiendo en una obsesión, una válvula de escape de la cual Andrea se nutría para vencer sus momentos de tensión debidos a la dureza de sus estudios, ella se volvió tan posesiva que nada la satisfacía, solo quería estar con Antonio, descargando en el esa ira que ella sentía a diario, los amigos que tenían no la llenaban, no quería socializarse con nadie que no fuera Antonio.
Nadie podía entender este comportamiento, la relación se había convertido en puro egoísmo y posesión.
Andrea estaba obsesionada por hacer de Antonio un hombre de éxito, fue tal esta presión que día a día Antonio fue bloqueándose más y más porque Antonio quería complacerla, la amaba tanto, que empezó a hundirse poco a poco en una especie de semi-depresión, Antonio pensó que nunca sería lo suficiente para Andrea.
Las discusiones, eran cada día más frecuentes, bajo la fuerza y la pasión descontrolada de Andrea. Un día Antonio empezó a sentir un vacío abismal, un vacío que corroía más y más su amor por Andrea.
Tomo una decisión, no podía seguir con Andrea, esa presión de continuar destrozaría los sentimientos de Antonio.
Ese día Antonio aparco su coche enfrente del polideportivo y los dos se pusieron a hablar Antonio le comunicaba a Andrea que su relación había terminado. Ella de la única manera que sabía demostrarle su amor se lanzó sobre Antonio e hicieron el amor por última vez.
Aquella noche Antonio cogió el coche y se dirigió a su casa, lloraba con un pesar y una rabia inmensas, era consciente de lo que con llevaba su decisión y esta decisión cambiaria toda su historia para siempre, no era consciente de que ese amor no se desvanecería fácilmente pasara el tiempo que pasara.
Al poco tiempo después Andrea fue a su casa a buscar a Antonio, se encontraron, ella le suplicó, dejó su orgullo al margen no quería admitir que esta relación acabaría con los sentimientos de ambos.
Antonio frio, y distante, indiferente no quería volver con ella, pensaba que nunca seria digno de estar a su altura, la tenía en un pedestal, un pedestal que en realidad era de cristal muy débil, tanto que se había desmoronado. Antonio se mantuvo firme en su decisión, no quería seguir sufriendo a esa escala, estaba destrozado.
Andrea nunca desistió en su intento de recuperar a Antonio, siempre lo había amado, tanto, que lo extrangulo hasta desfallecer. Tiempo después Andrea conoció a otro chico y rehízo su vida, Andrea se convertiría en una mujer de éxito.
Antonio conoció al tiempo de dejar la relación con Andrea, casi forzado por su amigo Raúl, insistente Antonio vivía encerrado en su mundo viviendo en un apartamento dedicado casi a su trabajo y su estudio.
Al tiempo Antonio fue saliendo con Diana una chica morena de pelo largo y rizado una chica normal, quizás Antonio impulsado por su amarga experiencia tan solo buscaba la comprensión y la sencillez, una mujer sencilla que simplemente lo amara por lo que Antonio era en esencia no por lo que tenía. Se compraron un piso, Antonio debido a su trabajo siempre con la duda de seguir trabajando. Vivió un tiempo en aquella casa
La crisis de los 90 lo dejaron una temporada en el paro. Diana esa mujer simple se convertiría en una pesadilla. Entre ellos no había realmente nada en común, no había proyectos, no había complicidad, el desastre estaba servido. Un día de navidad Antonio decidió acabar con la relación, estaba vacía y sin rumbo.
Un día le llegó una notificación de un abogado diana le había demandado le exigía los daños emocionales que Antonio le había ocasionado.
Antonio lleno de problemas familiares por parte de su padre, el cual había contribuido a que nunca se centrara de verdad en construir su vida, Antonio quedó solo sin trabajo, ante la demanda judicial y demás problemas.
Vivió una temporada perdido, apenas comía, demacrado y solo en un piso vacío, sin muebles, tan solo una cama y un equipo de radio.
Entablo amistad con un vecino, el cual quería presentarle a su hermana que se encontraba sola.
Preparo una cita, y se vieron al final, pero aquello no podía funcionar, la hermana del vecino, divorciada y desquiciada se pasaba la mayor parte del tiempo emborrachada o quizás peor drogada.
Un día en las fiestas del pueblo Antonio conoció a otra Chica, una chica normal, sin historias, por aquel entonces ambos estaban sin trabajo.
Empezaron a salir juntos con el grupo de amigos, todo apuntaba bien, ella se fue a vivir con Antonio a su casa la casa que más tarde venderían para comprar una casa a las afueran en una urbanización.
Antonio empezó a trabajar, había llegado el momento de sentar la cabeza, tuvieron su primer hijo, una niña.Pasaron momentos muy felices, en la nueva casa, con un proyecto en común. su segundo hijo, otra niña.
Andrea por su parte, después de un tiempo se divorció de su marido, al tiempo volvería a casarse de nuevo, pero también fracasaría. Era su segundo divorcio.
Andrea en realidad nunca olvidaría a Antonio y él a ella tampoco.
Andrea era su mujer por excelencia, su referente, era su vida.
Antonio siempre guardo una foto de Andrea la única foto que pudo mantener, una foto deteriorada, dañada por una inundación que anegó el trastero donde guardaba sus cosas.
Con el paso del tiempo Antonio que siempre la tuvo en su mente decidió, después de varios años intentando localizarla, decidió que había llegado el momento de enviar un mensaje en una botella. ¿La idea? Construir un blog y viralizarlo con el propósito de que tal vez ella pusiese algún día buscarlo y encontrarlo. El mundo volvía a girar de nuevo 180 grados.
Un día tal como hoy, ese mensaje llego, Andrea busco a Antonio y lo encontró en la red. Esa mañana como de costumbre Antonio miraba los mensajes de su blog, no podía creer lo que estaba leyendo, Andrea había aparecido.
Antonio contesto sus mensajes, y empezarón a hablar recordando esos años, Andrea necesitaba saber porque Antonio no supo tener la paciencia suficiente que ella necesitaba en esos momentos tan importantes de su vida.
Antonio nunca llegó a entender porque Andrea se había comportado de esa manera, la con versación por el chat y el correo electrónico tomaba su momento más álgido, entre recuerdos y reproches.
Andrea que se había mudado a Cádiz, debido a su trabajo y también por la zona que es preciosa. Ambos casi al unísono decidieron que había llegado el momento de verse y cerrar las heridas que durante estos 22 años todavía no se habían cerrado.
Antonio cogió el coche y puso rumbo a Cádiz, pero Andrea prefería poner el punto de reunión en Jaén para que el viaje no fuese tan largo.
Días antes la tensión aumentaba por momentos, Andrea y Antonio estaban impresionados por el momento que les venía encima, los nervios estaban a flor de piel.
Antonio partió para Jaén desde Madrid, y llegaron ambos a su destino. Ella lo esperaba en un centro comercial, Antonio bajo del coche y ella estaba allí mirándolo con esa mirada sublime tan bella como el la recordaba. Prácticamente sin vacilar se fundieron en un abrazo, ante un calor intenso, y se fueron a tomar algo fresco.
La conversación era muy intensa entre preguntas y respuestas, 22 años habían pasado, había mucha historia que contar.
Después de comer, buscaron un hotel y con la reserva fueron hasta la habitación, entre ducha y descanso por el viaje, hicieron por primera vez el amor. No puedo ni siquiera imaginar la cantidad de cosas que en ese momento pasaron por sus mentes, entre sensaciones y recuerdos entre risas y llantos, una paz espiritual invadió sus corazones, los grandes amantes se fundían a flor de piel. Entre caricias y besos, llenos de cariño.
Los dos Vivian una especie de máquina del tiempo y realmente las emociones dejaron que la historia volviese a sus mentes como si toda la vida hubiesen estado juntos.
He leído esta historia unas cuantas veces, ponerme en el papel de esta pareja, porque realmente me cuesta tanto imaginar, ¿porque una historia tan bonita después de tantos años no puede perfectamente prosperar? Si ambos están dispuestos a olvidar, aprendiendo de los errores, quizás esto sea el destino, no lo sé pero lo que tengo claro en esta vida, y así la lección que he aprendido al leer esta maravillosa historia, me hace pensar, que en realidad, aunque la vida no nos trate como realmente pensemos que nos merecemos, el tesón, la constancia, la fé y el amor incondicional pueden perfectamente lograr devolvernos esa ansiada felicidad que durante tantos años se nos había negado.
reflexionemos:
Hay cosas en la vida que no se pueden recuperar:Una piedra … después de que se lanza. Una palabra … después de que se dice. Una ocasión … después de que se ha perdido. El tiempo … después de que se ha ido. Una persona … después de su muerte. La vida es corta. Rompe las reglas. Perdona rápidamente. Besa lentamente. Ama de verdad. Ríe incontrolablemente y nunca lamentes nada de lo que te hizo sonreír, disfruta de la vida!